Crecimiento

Vía de Escape

Paco Cepeda 01/06/2019

No tengo ni idea, en estos momentos, de si Rubi es bueno, malo o regular. Les confieso algo que ya deben saber: a los periodistas nos dejan ver cada vez menos los entrenamientos y en las ruedas de prensa y contactos, mínimos, con los profesionales, hay el mismo interés en hablar de fútbol de ellos con nosotros que de nosotros con ellos. Esta industria ha tirado por otra parte y ese obligatorio diálogo no existe. Así que a Rubi lo juzgaremos en su momento por si gana, pierde o empata y luego efectivamente por el cómo pierde, gana o empata. Pero antes de todo eso, habría que colocar al nuevo Betis en el mercado. Este nuevo Betis es capaz de sacar de su casa a la primera de cambio a un técnico que estaba cumpliendo el sueño de entrenar al equipo de su corazón, que había logrado plaza europea y que le iban a dar un contrato más acorde con sus actuales méritos. Iba a seguir además en un equipo histórico del fútbol español, muy estable, y que entre otras cosas ha disputado dos finales europeas. Un buen club, vaya. Y sin embargo, va a hacer el petate cuando el Betis ha tocado la puerta. 

El nuevo Betis anda tocado, con este rollo de la comisión deportiva y el consenso, pero empieza a ser poderoso, al menos emergente. Lo es todavía menos de lo que piensan tres o cuatro prepotentes y dictatoriales empleados de la entidad y uno o dos máximos accionistas, sobre todo porque a ellos le queda mucho para ser grandes, pero la entidad, con ellos, al césar lo que es del césar, sí que está en el camino del crecimiento. Falta más veneno competitivo colectivo, que Serra traiga muchos más Canales que 'Jesés', que se aclare eso de la comisión deportiva y que esos cuatro o cinco mequetrefes se dejen de estupideces, de pequeñeces, y sepan estar a la altura de una entidad que le sale el crecimiento por las orejas. Menos vetos y más Betis.