Los Dioses hablan

Me levanto y me voy

Víctor Fernández 16/12/2021

Hablábamos el otro día de las señales. De algo que chirría en el Sevilla y que no transmite buenas sensaciones. Algunos han querido mitigar el ridículo firmado en la Champions con el hecho de que al Salzburgo le haya tocado el infranqueable Bayern de Múnich. Qué cosas. No hemos llegado al periodo navideño y el club ha vuelto a mostrar que no está listo para andar en esta competición. “Pero queda la Europa League”, clamaron por las esquinas. Vale, pues sigamos… El equipo aburre cada día más al personal, pero los números de Lopetegui en Liga son exquisitos. Eso es cierto, avancemos evitando esas advertencias que transmiten la ausencia de fútbol y la caída de un abundante grupo de jugadores. “No olviden las bajas”, vuelven a clamar por las esquinas. Quizá lleven razón...

Los Dioses, hartos de avisar y cansados de la ausencia de humildad de los mortales, nos regalan ahora el esperpento de Andratx por si las señales enviadas hasta el momento no son lo suficientemente evidentes. La televisión en abierto nos regaló un circo para divertimento del resto de España que estuvo echando la noche a ver si el Léon se comía al cristiano. “Estos humanos no se enteran. Mira que les estamos advirtiendo.”, se escuchó anoche en El Olimpo. El Sevilla, lastrado por un entrenador atascado peligrosamente, y con su cansina pasión por el fútbol-control-que-no-pase-nada-y-guardar-la-portería-a-cero-con-basculaciones-y-dejando-pasar-los-minutos tocó peligrosamente el disparate copero. ¿Habrán recibido los que mandan la señal o faltará un último sustito? Estos espectáculos no suelen caer en sacos rotos. Como el estrés, acaban pasando factura.

No sé si en mayo el equipo estará riéndose de estas dudas, es posible. Ha dado muchas muestras de su capacidad para no caer si no lo rematan con un tercer tiro en la cabeza. Pero las señales que los Dioses siguen mandando invitan a quitarle al entrenador la cara de angustia, a preguntarse por el nivel de Rafa Mir, a revisar el fondo de armario, a que la cabalgata de los Reyes traiga más que sonrisas y caramelos para evitar que se desate la tormenta definitiva. De milagro en milagro y tira porque me toca. Quizá estemos ante una temporada milagrosa. Aunque yo escucharía a los Dioses...