1ª División (2018/2019) > Jornada 2

De repente, seco de gol

Comenzó bien, francamente bien el Betis el partido ante el Alavés. Se hizo con el dominio, superó sin problemas la presión del rival, gozó de buenas ocasiones. Dos muy claras en los primeros cuatro minutos, por medio de Francis y Guardado. Solos, tiraron blandos a la portería de Pacheco. Sin embargo, transcurridos los diez primeros minutos, el juego de los verdiblancos fue decayendo. Se vieron síntomas parecidos a los mostrados ante el Levante, aunque sin llegar a aquel extremo. Sí desprendió el juego un aire cansado y previsible, nada parecido al alegre y vigoroso del tramo final de la temporada pasada. En el inico liguero se observa en el Betis demasiada conducta amanerada. Es decir, todos miran al que tiene el balón sin que nadie corra para dar una ayuda y abrir un hueco. La solución para quien la tiene no es otra que jugar en horizontal, donde el rival no acude. Así, demasiadas veces. El toque es un arma magnífica y muy eficaz. De hecho el Betis la tiene muy trabajada. Pero como no venga acompañada de una ruptura de líneas, termina siendo la nada. Sobre todo ante los modestos. Para estos equipos es un tesoro conservar el 0-0. Minuto que pasa con este marcador, minuto que se sienten victoriosos. Terminan yendo más de verdad al balón. Justo lo que ocurrió.

Analizado un defecto al que Setién debe poner solución, realmente el triunfo no cayó por una repentina y extraña falta de gol. Ni que decir tiene cuál hubiera sido el resultado de este partido la temporada pasada. Pero la pelota no entró por la falta de pericia de los jugadores verdes. Primero fueron Francis y Guardado. A la media hora, Inui, con todo a favor, tiró a puerta a la japonesa. Es decir, con una exquisita educación. Ya en la segunda parte, Sanabria tardó un siglo en resolver una jugada que pedía el latigazo seco. Y poco después, Loren tampoco resolvió un mano a mano. Es verdad que no hubo un aluvión. Pero fueron cinco ocasiones claras. Muy claras. Con tal arsenal debió dar al menos para ponerse por delante en el marcador y a partir de ahí, administrar el partido.

Al encontrarse ausente su majestad el gol, el Betis se entristeció. En la segunda parte también se olió peligro sobre la portería de Pau López. Seguramente sea pronto para extraer conclusiones, pero entre que los jugadores creativos no están tirando del carro, y que Wiliam Carvalho pasa por los partidos de manera muy ramplona, algo no carbura en ese centro del campo. El Alavés se entonó y cuajó una buena segunda parte. Llegó la intranquilidad por el carril de Jony, que hizo sufrir a Francis. También por medio de algún que otro disparo lejano. Todo bien controlado por Pau López. El Betis vivió los últimos minutos esperando el fogonazo de Tello o una jugada a balón parado. No había otra. El fútbol es un misterio y como tal, donde antes había toques rápidos y gente apoyándose, ahora, de repente, el balón corre a dos por hora y se observa poca frescura. Tras un largo verano de decisiones de peso, se echa en falta a Joaquín. Qué cosas... Sigue siendo de largo el mejor futbolista de la plantilla. El único que por el momento encara y se va.

Deportivo Alavés (0): Pacheco, Martín Aguirregabiria, Laguardia, Maripán, Duarte, Ibai, Wakaso, Manu, Jony (Twumasi, minuto 86), Sobrino (Burgui, minuto 72) y Borja Bastón (Guidetti, minuto 63).

Real Betis (0): Pau López, Francis (Tello, minuto 76), Mandi, Feddal, Bartra, Junior, William Carvalho (Boudebouz, minuto 81), Guardado, Canales, Inui (Sanabria, minute 60) y Loren.

Árbitro: González Fuertes, asturiano. Amarillas para Bartra, Wakaso, Manu y Martín Aguirregabiria. 

Pau López

Muy seguro ante el Alavés y con un par de buenas intervenciones, especialmente la última a tiro de Twumasi.

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