1ª División (2018/2019) > Jornada 25

Victoria al estilo Guardado

Pedía Guardado tras la eliminación ante el Rennes saber jugar de otra forma. No siempre llevando la iniciativa, no siempre dejando huecos y facilitándole al rival el contragolpe a la menor pérdida de balón en una zona peligrosa. Como si este partido lo hubiera preparado el mejicano, el Betis no fue el Betis. No, al menos, el que Setién tiene en su cabeza y que no hace falta definir a estas alturas. Tiró de todos los rasgos del clásico equipo que espera el fallo y mata al rival. Apenas se prodigó sobre la portería de Masip, precisamente uno de los protagonistas del partido por su cantada en el gol de Mandi. Con muy poco se adelantó en el marcador al filo del descanso. No había llegado antes nada. El juego estaba siendo tremendamente insulso por parte y parte. Ni falta que hacía. Le bastó con un picotazo. El resto de la victoria lo cimentó la necesidad del Valladolid. Intención tuvieron toda los pucelanos. Lo del equipo de Sergio es una pura cuestión de falta de calidad. Llegaban bien a la zona de peligro y ahí morían.

Rápidamente, el Betis olió que era una tarde de intendencia, mejor que salir alegremente a tener el balón y exponerse a recibir ataques directos. Mucho más, comprobando el nivel de imprecisión de William Carvalho y Kaptoum. Ninguno le cogió la onda al partido en ningún momento. No se sabe bien si porque formaba parte de un plan o siemplemente porque los partidos salen así, y no hay quien los entienda, el Betis dejó que el Valladolid lo intentara una y otra vez. Esos arrebatos sólo produjeron córners que la defensa y Pau López solucionaron sin apuros. Una media ocasión tuvieron los blanquivioletas en el primer tiempo, en las botas de Sergi Giardiola. Tardó un mundo en disparar. Y otra el Betis: el gol de Mandi.

Ante un equipo al que claramente le ha entrado la ansiedad, saber controlar las situaciones del partido para que la misma aumente es tener ganado el encuentro. La segunda parte del Valladolid fue intensa, enérgica, meritoria. Realmente, contando ocasiones, sólo sale una, la del cabezazo de Sergi Guardiola. Vaya parada de Pau López... El resto se quedó en fuegos artificiales. El Betis, lejos de la portería de Masip, se agazapó y esperó a que surgiera un contragolpe. Claramente debía liderarlo un carrerón de Canales. Los centrales no se desaplicaron en ningún momento y cuando despejaban, despejaban de verdad. Fue apoderándose del partido la sensación de que el Valladolid no marcaba ni jugando seis días. Así que el Betis creció en seguridad. Le apareció tarde el momento de apuntillar. Efectivamente, Canales puso la directa y asistió a Joaquín. Su disparo salió tan endiabladamente mordido que nadie pudo detenerlo. Con dos tiros, tres puntos. Fútbol, ni más ni menos. Y ahora, previo paso por Mestalla cargado de vitaminas, a por el cuarto puesto.

Real Valladolid (0): Masip; Antoñito, Kiko Olivas, Calero, Nacho; Alcaraz, Míchel (Enes Unal, minuto 81), Keko (Anuar, minuto 62), Hervías (Verde, minuto 53); Sergi Guardiola y Óscar Plano.

Real Betis (2): Pau López; Barragán (Guardado, minuto 35), Mandi, Javi García, Feddal, Francis; William, Kaptoum, Canales, Lainez (Joaquín, minuto 46); Sergio León (Sidnei, minuto 77).

Goles: 0-1, minuto 45: Mandi. 0-2, minuto 86: Joaquín.

Árbitro: González Fuertes, asturiano. Cartulinas amarillas para Canales, Nacho y Feddal. 

Javi García

Muy firme durante toda la tarde. Contundente en el despeje y sin permitir ocasiones del Valladolid. 

Compartir: