1ª División (2018/2019) > Jornada 35

Este cuento se ha acabado

Lo del Betis ya no tiene remedio. Cualquier esperanza de clasificarse para Europa, que tampoco es que se pidiera una gesta, se ha evaporado. Esta vez fue el Espanyol quien haciendo lo mínimo de lo mínimo se llevó un punto del Villamarín. Tiraron pocas veces los de Rubi. Da igual. Las estadísticas ya hace tiempo que dejaron de servirle al Betis para agarrarse a algo. Cualquiera le gana, cualquiera que medio se meta en el área con peligro le forma el lío. Todo lo que ahora tiene pinta de acabar mal, termina muy mal. Y esta vez no fue menos, después de un partido sólo jugado aceptablemente al principio. Pero, claro, la ráfaga duró eso, cinco minutos, diez, quince… No más. En el momento que el Espanyol se asentó en el campo y comenzó a tocar el balón, la grada saltó como un resorte y se generó un clima tan esperado como perjudicial. Ahora mismo, el Betis no encuentra el camino, no sabe dónde está la meta. Ciertamente, en la segunda parte hizo lo suficiente hasta para que, con otra dinámica, apareciera la jugada salvadora del final. Pero no. Esta temporada el instante mágico no llega y como atrás siempre concede…

Rápidamente, el Betis se volcó sobre la portería de Diego López. Una ocasión de Canales hizo soñar con la esperanza de luchar por el séptimo puesto de lograr el triunfo. Como ya son conocidos los bueyes con los que se aran, el Betis fue mostrando poco a poco la cara perdedora que lo acompaña desde hace meses, desde que salió de Mestalla con la derrota en la Copa del Rey. No hay un Dios que levante al equipo. El Espanyol comenzó a sentirse superior en cada lance, en cada pugna, en cada toque. Para mayor crueldad, uno de los niños bonitos de Setién, Canales, que a su vez profesa la fe del estilo de juego del técnico, entregó tontamente una pelota a Borja Iglesias en el minuto 36. El delantero chutó primero y luego cedió para que Darder marcara el 0-1. Lío formado. El Betis se apagó de nuevo, pidió el descanso para recomponer ideas, para mirarse a la carita unos a otros.

La táctica no salió. O salió a medias, más bien. Porque si bien es cierto que apretó más que el Espanyol, como no puede ser de otro modo, su fútbol no da ahora mismo para una victoria. La pelota circula limpia por las zonas peligrosas, por el lateral y la frontal del área, pero ya ha cundido la impresión de que la amenaza no va a pasar de ahí. Puede que hasta los rivales sepan que, pasando el ratito de sufrimiento de rigor, después espera la buena noticia. El gol de Feddal llegó demasiado tarde. El Villamarín ya estaba más pendiente del “Quique, vete ya”. Lo hubiera cantado aun ganando. Fue imposible la remontada y cundió la desazón. Anímicamente el equipo lleva desplomado desde hace meses y aunque pongamos los números del derecho o del revés, una delantera tan limitadísima termina siendo una rémora difícil de superar. Adiós a Europa, crisis abierta y paso atrás en el proyecto, si es que esta palabra significa algo en el fútbol. 

Real Betis (1): Joel Robles, Joaquín, Mandi (Lainez, minuto 77), Feddal, Bartra, Junior, Canales (Loren, minuto 66), Guardado, Kaptoum, Lo Celso y Jesé (Tello, minuto 56).

RCD Espanyol (1): Diego López, Javi López, Óscar Duarte, Lluís, Mario Hermoso, Adriá Pedrosa, Víctor Sánchez, Marc Roca, Darder (Álex López, minuto 86), Borja Iglesias (Ferreyra, minuto 79) y Óscar Melendo (Wu Lei, minuto 74).

Goles: 0-1, minuto 37: Darder. 1-1, minuto 94: Feddal.

Árbitro: Del Cerro Grande, madrileño. Amarillas para Mandi, Feddal, Melendo, Junior y Bartra.

Feddal

Contundente, no viniéndose abajo y autor de un gol que no sirve de nada. El que más hizo.

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